La salud del Pontífice, que había sido motivo de preocupación en los últimos meses, se deterioró rápidamente tras su ingreso en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli el 14 de febrero, debido a una bronquitis. 

A pesar de los esfuerzos médicos, la situación se complicó con el diagnóstico de neumonía bilateral, y tras 38 días de hospitalización, el Papa regresó a su residencia vaticana, donde finalmente falleció a las 7:35 AM de hoy. 

Francisco, de 88 años, había lidiado con problemas respiratorios desde su juventud, cuando una grave infección lo obligó a someterse a una cirugía para extirpar parte de un pulmón. 

A lo largo de su pontificado, las enfermedades respiratorias fueron una constante, obligándolo incluso a cancelar viajes importantes. 

El legado de Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa latinoamericano, está marcado por su cercanía a los más vulnerables, su llamado a la justicia social y su insistencia en una Iglesia más humilde y misericordiosa. Su figura, que trascendió las fronteras religiosas, deja un vacío en el mundo. 

El Vaticano se prepara ahora para los ritos funerarios, guiados por la reciente actualización del "Ordo Exsequiarum Romani Pontificis", aprobada por el mismo Francisco. 

Siguiendo su deseo de sencillez, la ceremonia se centrará en su papel como pastor y discípulo de Cristo, lejos de la pompa y el boato. 

La Plaza de San Pedro, donde miles de fieles se congregan para despedir a su líder espiritual, se ha convertido en un escenario de dolor y recogimiento. Las banderas a media asta y el tañido de las campanas marcan el inicio de un período de luto para la Iglesia Católica y para el mundo. 

"Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal", expresó el Cardenal Farrell en su anuncio, palabras que resuenan en los corazones de millones de personas que hoy lloran la partida de un hombre que, con su humildad y su mensaje de esperanza, dejó una huella imborrable.