La reunión sirvió para dejar atrás las diferencias y concentrar el fuego en un adversario común. Con las elecciones provinciales del 7 de septiembre y las nacionales del 26 de octubre en el horizonte, el consenso fue unánime: la división es funcional al oficialismo nacional.
El gobernador Axel Kicillof propuso las dos premisas centrales del acuerdo y se definieron los tres ejes que guiarán la campaña. El primer y más resonante pilar es la confrontación directa con "las políticas de ajuste y endeudamiento" del presidente Milei, un discurso que buscará capitalizar el descontento social por el rumbo económico.
En segundo lugar, y como un gesto de cohesión interna, se acordó cerrar filas en la "defensa de la inocencia" de la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, consolidando un pilar simbólico e identitario del espacio. Finalmente, el objetivo se territorializa en una consigna: "Evitar que la motosierra ingrese a la Provincia de Buenos Aires", un blindaje político y de gestión frente a las políticas de recorte de la Nación.
Por el lado del gobernador Kicillof y su núcleo duro estuvieron presentes figuras como Julio Alak, Andrés "Cuervo" Larroque, Fernando Espinoza, Mario Secco, Alberto Descalzo (padre) y su jefe de asesores, Carlos Bianco.
Representando al Frente Renovador de Sergio Massa, se sentaron a la mesa Sebastián Galmarini, el intendente Juan Andreotti y Alexis Guerrera. Por el kirchnerismo y La Cámpora, la presencia de Máximo Kirchner se materializó a través de sus principales referentes, como las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes) y Mariel Fernández (Moreno), y Federico Otermín de Lomás de Zamora.
En este contexto, se definió que los candidatos se elegirán siguiendo un único criterio: serán "las y los referentes más competitivos" en cada sección electoral. Esta estrategia, denominada de "cabeza de serie", busca evitar una sangría en unas PASO y garantizar que el peronismo presente a sus figuras con mayor intención de voto para asegurar el triunfo en ambas elecciones.
Con este pacto, el peronismo bonaerense no solo unifica su discurso y su estrategia, sino que envía una potente señal al resto del país. La batalla por la provincia, el principal distrito electoral de Argentina, ha comenzado formalmente.







2.jpg)

2.jpg)












